Ya se van adecentando los accesos en los viales de acceso al barrio de Isuskiza, tanto en el que se refiere al denominado de Ardanzas, como al de Dos Palmeras.
Hemos tenido que soportar cuatro años de cierre de un vial de acceso, sostenido por una sarta de mentiras (desde la alcaldía -EH Bildu- se negaba hasta el carácter que tienen de públicos en las normas subsidiarias vigentes de este municipio), en donde lo que se dejaba entrever, a nuestro entender, era un interés de tildar al barrio de “elitista” para así justificar ante ciertos sectores la no intervención -ni siquiera con los servicios que la ley les obliga- y aprovechar el dinero de sus impuestos para mantener otros servicios que, por su número de habitantes, deberían ser prestados a nivel de mancomunidad y no desde el Consistorio, máxime cuando es un municipio con escasos y muy limitados recursos, ejerciendo, de este modo, una suerte de clientelismo populista marca de la casa.
Pero es que, anteriormente, con el Grupo Independiente en la alcaldía, también se dejaron de arreglar los accesos, sustentándose esta negativa en un indemostrable carácter privado de los viales (se abrió un expediente de investigación de titularidad para buscarle unos dueños ajenos a la titularidad municipal y se tuvo que cerrar dicho expediente, tres años después, por caducidad, sin haberlos encontrado).
Nos tenemos que remontar a la década de los 90 y principios del 2000 para encontrar una corporación, a la sazón gobernada por EAJ-PNV, que tuvo claro el carácter público de los viales y así, apoyándose en su condición legal, pidieron ayudas a la Diputación para el arreglo de estos.
Está claro que, desde entonces y hasta la fecha, no ha importado su condición legal, que no es otra que la de bienes demaniales, y que ha dado igual que fuera obligación del Ayuntamiento mantenerlos (Ley de Bases de Régimen Local). Por suerte, la sentencia del Tribunal Contencioso-administrativo y los obiter dicta del Juzgado de lo Civil no dejan duda sobre su condición: queda clara la falta de interés de la Corporación (en aquel momento la de Bildu) en el mantenimiento de un bien que parece lo que realmente es: un bien demanial, un bien público; y que, por tanto, corresponde al Ayuntamiento su cuidado y mantenimiento en condiciones para su circulación.
De todos modos, a pesar de las felicitaciones mencionadas, no podemos dejar de ver con preocupación, la falta de normalidad en la asunción de responsabilidades, materializada, en primer lugar, por la ausencia de explicaciones en este tema por parte del equipo de gobierno de EAJ- PNV (no participación en el programa de PTB, contrastando con otros temas de similar calado) o los arreglos promovidos de forma un tanto apresurada, sin mediar anuncio o participación abierta de las partes. Por nuestra parte, agradeciendo las actuaciones hasta el momento realizadas, no podemos dejar de ver estas como un tímido comienzo ya que los arreglos deben ser, cuando menos, aquellos que corrijan las deficiencias que se recogieron en los informes elaborados desde la Oficina Técnica Municipal y que motivaron el cierre del vial, deficiencias, por otra parte, que nadie discutió.
Así pues y, por todo lo anteriormente dicho, exhortamos a la actual corporación municipal a que, cuanto antes, recojan correctamente en el inventario municipal (aunque ya lo están, pero, al parecer por cómo actúa la clase política, no como es debido) y en el Registro de la Propiedad la condición pública que ostentan dichos viales, su condición de bienes demaniales y minimicemos, más bien eliminemos así el riesgo, por las tentaciones que a futuro pueda tener algún que otro grupo político, de volver a ningunear su condición pública por querer imponer sus prejuicios y sus intereses por encima de los derechos de
sus ciudadanos.